El estilo nórdico posee un carácter propio, reflejando puramente su geografía y clima, puesto que nace como una respuesta al clima frío que tienen estos países en invierno.
Los valores principales del estilo nórdico son la sencillez, el confort y la funcionalidad, que se muestran a través de los materiales naturales como la madera. Este estilo se caracteriza por el uso de líneas rectas y simples, el minimalismo, los colores claros y la luminosidad, todo ello sin sacrificar la belleza de los espacios decorados.
Te vamos a dar algunos consejos para que consigas el estilo nórdico ideal para tu hogar.
1. Ten en cuenta los materiales y las texturas
Como hemos comentado anteriormente, el estilo nórdico se centra en bases claras, donde el blanco es el color principal. Por ello, el interés visual se centra en la combinación de materiales de diferentes texturas naturales, sobre una base siempre clara y sobre todo luminosa.
Los principales materiales que se utilizan en la decoración del estilo nórdico son el cuero, la lana, el algodón, el lino y la madera de tonalidades claras. Estos elementos son los encargados de darle a los espacios la calidez y la comodidad propia de este estilo.
2. Utiliza mobiliario sencillo y funcional
Cabe destacar que un aspecto muy importante a la hora de centrarnos en la decoración de los espacios es elegir el mobiliario adecuado, que vaya acorde a nuestros gustos y al espacio que vayamos a decorar. Hay miles de tendencias que seguir, diversos estilos en los que inspirarse y cientos de combinaciones posibles. Si queremos darle a nuestro hogar un toque nórdico, hay varias cosas que debemos tener en cuenta. La primera es que los muebles deben ser funcionales y cómodos, de suaves líneas rectas y depuradas, con diseños muy sencillos. Este estilo destaca por el uso de muebles atemporales y sin adornos, que principalmente son de madera, favoreciendo así la sensación de calidez y confort.
Al ser un estilo tan versátil, es posible combinarlo con otros estilos tales como el rústico, el clásico, vintage o industrial, que son totalmente compatibles entre sí.
3. No olvides la importancia de las plantas
Como ya habíamos mencionado, el estilo nórdico surge en los países del norte de Europa, donde sus inviernos son muy fríos y la gente tiende a quedarse en sus casas. Por este motivo, las casas se decoran de una forma sencilla y funcional, donde cada elemento tiene un uso útil. Por ello, se pretende incentivar la conexión entre exterior e interior y por ello, se suelen utilizar plantas, ya que aportan color y vitalidad a cada rincón, integrando un poco el exterior en la propia casa.
En los interiores de estilo escandinavo son muy utilizados los ficus, la dracaena y la planta monstera, que tienen una estructura alta, delgada y minimalista. Pero a veces, no es necesario tener físicamente la planta en nuestro hogar si no que también se busca aquella decoración con motivo floral que aporta la misma vida a nuestros rincones sin la necesidad de ocupar un espacio físico. Un ejemplo de esto sería la colección Panamera de Colorker, una colección que apuesta por un relieve tropical que transmite vitalidad y calidez a los espacios más fríos.
4. Aprovecha toda la luz
Uno de los puntos más importantes es la luz. Los países escandinavos no destacan precisamente por sus largos días soleados. Es más, pasan gran parte del año a oscuras, por tanto, aprovechan hasta el último rayo de sol. Es por ello que el principal objetivo de la decoración nórdica es aprovechar la luz al máximo posible. Es por ello que el uso de bases blancas es la forma ideal de multiplicar la claridad dentro de la estancia, evitando que ningún rincón quede oscuro. Otra clave para recibir la máxima luz posible es olvidarse de las cortinas, es mejor dejar las ventanas al descubierto para que haya iluminación natural y dejar el espacio lo más despejado posible.
5. En la sencillez está el gusto
La base de la decoración nórdica se halla en la sencillez y la practicidad. En este estilo predominan las líneas rectas y las curvas suaves, que buscan crear espacios diáfanos y conseguir una armonía poco cargada. En cuanto a los elementos decorativos, como por ejemplo los cuadros o los cojines, apuesta por los estampados geométricos que aportan orden y sencillez.
6. Añade a tus espacios elementos handmade
En segundo lugar, destacaremos los elementos naturales para decorar el hogar. Los elementos hechos a mano y los objetos de madera son unas de las piezas más utilizadas para transportarnos a la parte más nórdica de la decoración, en el que sirven de elementos decorativos ideales.
Como curiosidad, os contaremos que un elemento muy característico de los países nórdicos es el fuego, que nos recuerda a la parte más primitiva de estos países. Es por ello que las velas son un elemento esencial a la hora de evitar la temida oscuridad escandinava y entrar en contacto con la magia nórdica.